dissabte, 9 de maig del 2015

QUADRES...


http://cultura.elpais.com/cultura/2015/04/08/actualidad/1428515685_421318.html
"Mientras las Torres Gemelas ardían, el retrato de la familia real permanecía cubierto con sábanas en la sala del Palacio de Oriente llamada de la Estufa Grande o de las Camelias, cuya luz cernida sobre la tela desde el ventanal se había constituido en un tormento para el pintor, quien hacía ya siete años que había abandonado el trabajo por desgana, neurosis o abatimiento creado al contemplar cómo lejos del cuadro, en la vida real, el tiempo iba transformando el rostro de sus modelos, les añadía erosiones en la piel, les maduraba la mirada con veladuras sutiles, y él no podía hacer nada por atrapar la luz en su huida. Incluso al yerno encaballado de Marichalar, corcel de sí mismo, le había dado un ictus que lo tenía de medio lado [...] En medio de esta cultura de miel y dinamita, el rey Juan Carlos I había comenzado a ofrecerse en bandeja de plata a todos los rumores malignos; en la mesa de los directores de todos los periódicos había fotos comprometidas de sus hazañas amorosas; nadie era nadie en una tertulia política o literaria si no aportaba la noticia de un nuevo escándalo del monarca. Todos los periodistas bien informados tenían un telediario alternativo, prohibido, narrado en las barras de los bares. Siempre se hablaba de un vídeo que alguien había tomado de la coyunda real con una famosa artista, una bomba que nunca acababa de estallar. Estas leyendas cantadas por ciegos en las ferias de ganado también entraron a formar parte del retrato de familia [...] En medio de este sabor a postrimerías todo el mundo parecía servirse de la democracia excepto el príncipe Felipe, quien debía cruzarse para producir más príncipes, según era su obligación, y no encontraba pareja adecuada en la granja de reproducción de las familias reales [...] No solo las grandes hecatombes desencadenan las fuerzas del destino. De hecho, las desatan más los pequeños sucesos de cada día. Mientras el egipcio Mohamed el-Amir Atta y diecinueve terroristas más habían abatido los dos iconos del capitalismo mundial y herido el orgullo del imperio norteamericano, y todo estaba preparado para otra guerra de invasión en Irak, la joven periodista Letizia Ortiz Rocasolano había sido fichada por Televisión Española para presentar Informe Semanal. Nada que importara a nadie excepto a ella misma, pero el ala de mariposa que provoca cataclismos o tuerce la vida de las personas había comenzado a rasgar el aire del Palacio de la Zarzuela..." 
(fragment pàg. 194-198)




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